El óptico-optometrista es un profesional sanitario primario que se encarga del sistema visual funcionalmente inadecuado. Es un profesional universitario formado en la fisiología normal y anormal de los ojos, en la psicofísica de la visión, en los procesos de percepción y sus relaciones con las actividades funcionales del aprendizaje, el trabajo, el entorno y el ocio.
Un óptico-optometrista está formado y autorizado legalmente para determinar el estado de salud y la valoración funcional de los componentes de acomodación refractiva, ocular-sensorial-motora y perceptual del aparato visual.
Por su profunda, extensa y valiosa formación universitaria, pueden reconocer y tratar para aquellas condiciones que requieran entrenamiento visual, procedimientos preventivos para la compensación de anomalías visuales y detectar las condiciones patológicas oculares y sistémicas reflejadas en los ojos y, siempre que sea necesario, remitir al paciente al oftalmólogo o profesional sanitario apropiado.
Todo ello redunda en la importancia que la Óptica y la Optometría y el óptico-optometrista tienen en el desempeño de las prestaciones de asistencia sanitaria. No es infrecuente que un óptico-optometrista sea el primer contacto para la detección de trastornos sistémicos no sospechados, como por ejemplo la diabetes.
Además del reconocimiento como profesión sanitaria por parte de la LOPS (44/2003), a nivel nacional, los establecimientos de óptica y gabinetes de optometría son considerados establecimientos sanitarios por el RD 1277/2003 de 10 de octubre que establece las bases generales sobre autorización de centros, servicios y establecimientos sanitarios. En estos establecimientos, el óptico-optometrista desarrolla entre otras las siguientes tareas: